Gran
Bretaña tendrá que afrontar la realidad económica en la que se encuentra, el
gobierno tiene pocas opciones para evitar caer en un plan de austeridad que
podría durar más de 8 años.
La
crisis financiera global, los problemas de la zona euro, y la búsqueda de
recortar el déficit presupuestario traerán problemas de los cuales no será
fácil salir.
El
banco de Inglaterra inyectó grandes cantidades de capital al sistema financiero
comprando bonos gubernamentales que tenía la banca comercial.
George
Osborne, ministro de finanzas, aplicara una serie de medidas para que el
crédito fluya impulsando la inversión de infraestructura sin gastar de forma
directa el dinero de los contribuyentes.
La
economía británica se ha reducido en los últimos 9 meses, ahora el país produce
4.5% menos que antes de la crisis en la zona euro y la deuda del gobierno
posiblemente supere el 90% del producto Interno Bruto del país.
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